viernes, 6 de enero de 2017

El ballet ruso de principios del siglo XX


Los ballets rusos llegaron a su esplendor en el siglo XX en Europa, Estados Unidos y Asia, gracias a Serguéi Diáguilev. El triunfo se germinó en París en el año 1909 junto con las Vanguardias artísticas y los ballets suecos del Ballet de l'Opera. 

Muchos artistas vieron oportuno utilizar la decoración escenográfica de los teatros para dar a conocer su trabajo, llegando a un público más amplio. Con ésta colaboración las obras pictóricas dejaban de ser autónomas para ajustarse a un proyecto artístico creando un espacio teatral. 

El ballet aunaba el movimiento contemporáneo de los grandes artistas. 

Diáguilev encargó la realización de vestuarios y escenografías a artistas como: Georges Braque, Joan Miró, Juan Gris, Picasso, Giacomo Balla, André Derain, entre otros. Al mismo tiempo trabajó con músicos como: Falla, Stravinsky, Rimski-Korsakov, Poulenc, etc. 

Sergéi nunca quiso crear una escuela ni un método como tal, sino que quería sobresaltar la creatividad y unirlo con la danza. Los ballets rusos tuvieron varias etapas. 

En la primera etapa eran de temática erótico-festiva, la fantasía, lo homosexual; éste erotismo iba ligado a lo exótico, por ejemplo obras como Cleopatra (1909) o Schéhérazade (1910) cuya escenografía la creó León Bakst.

En la segunda etapa se buscó renovar el historicismo y el naturalismo. Podemo ver decorados hechos por Braque, Ernst, Juan Gris, Picasso, quien diseñó la escenografía y el vestuario de la obra Parade (1917).

Ésta colaboración artística de principios del siglo XX, también la encontramos en los Ballets Suecos con obras de Fernand Léger, Chirico, etc; o el Teatro del Futurismo con Giacomo Balla, Prampolini, etc. 

A continuación os pongo un vídeo del montaje de la exposición que se hizo en el CaixaFórum de Barcelona sobre los ballets. 

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